Mark y Mary Hughes se dirigen a su casa de vacaciones en el bosque junto a su hijo Brendon de 9 años mientras aún perdura el dolor por la pérdida de su hija. Mary está demasiado sobreprotectora con su hijo ahora, y su matrimonio se ha resentido, unas semanas de tranquilidad en el bosque deberían sentarles bien. Al poco de llegar, conocen a una nueva familia, los Sakowskis, instalados en una casa cercana y tan deseosos de causar una buena impresión que no dudan en llevarles un poco de leña como regalo. Aunque Mary y Mark no tienen muchas ganas, se ven obligados a invitar a sus nuevos vecinos a cenar.