Las ventas han disminuido desde que fueron acusados, injustamente, de vender un merengue en mal estado. Por eso, Mentxu le organiza una fiesta sorpresa a su hermana Laura, responsable del establecimiento. Sin embargo, lo que parecía una reunión de apoyo no se desarrolla como se esperaba. La fiesta sorpresa se convierte en un ejercicio de confianza.