Stoney Cooper ha dejado de ser un duro policía de Los Angeles para convertirse en un detective privado que tiene entre manos un caso que conmociona la ciudad: persigue a un asesino en serie que ha grabado una X en la frente de cada una de sus diecisiete víctimas, que son siempre mujeres. Sus métodos nunca fueron demasiado bien vistos, pero a los que fueron antes sus colegas del lado de la ley no les gusta que Stoney avance más en sus investigaciones que ellos, por lo que le presionan en demasía, sobre todo el que fuera su antiguo compañero, Otto Hoxley.