Madame Villeblanche dirige un imperio de prostitución de lujo situado en una torre de oficinas en algún lugar de España. Ella se pasa la mayor parte de su día retozando en la cama con su ayudante, con la sola interrupción de las llamadas de negocios. Dos nuevas prostitutas son contratadas para atraer a los clientes a las cámaras de tortura de la señora.