Durante la famosa época de la "caza de brujas" de Hollywood, el guionista de televisión Alfred Miller era uno de los escritores condenados al ostracismo por sus ideas de izquierdas. Para poder seguir trabajando, ofreció dinero a Howard Prince, un excompañero del colegio, a cambio de que le permitiera utilizar su nombre para firmar sus textos. No será el único escritor que requiera los servicios de Howard como testaferro.