Jerome Littlefield trabaja como celador y chico para todo en una prestigiosa clínica privada, pero siempre consigue enredar lo que hace y acabar con los nervios de la enfermera jefe. Ante la llegada de una chica que ha querido suicidarse, Jerome trabaja noche y día para pagar su habitación y lograr que el consejo de administración no la eche.