Juan Luis y Dimas llegan a la venta del Catite, un lugar regentado por Rafael y su ahijada Reyes. La venta es frecuentada por los almadraberos de la región, pero en realidad se trata de una tapadera del contrabando. Rafael decide contratar a una bella cantante, Raquel, con el fin de distraer a los clientes y de paso a los dos nuevos recién llegados, para que éstos le dejen trapichear tranquilamente.