Los romanos decidieron la ubicación de acueductos en algunas de las ciudades más importantes del Imperio. Nos centramos en especial en la ciudad de Nîmes, la antigua Nemausus, y el magnífico reto que supuso dotarla de uno de los más espectaculares abastecimientos de aguas de la antigüedad. Muestra a través de precisas y elaboradas simulaciones por ordenador la obras y la ingeniería necesaria para hacerlo realidad: las técnicas que los romanos emplearon para perforar las montañas, salvar los valles y desfiladeros y distribuir el agua a la ciudad.