En un pazo recóndito viven unos personajes violentos, amorales. A este ambiente llega un cura joven y puro que intenta reconducirlos al buen camino, pero su intervención resultará nefasta. Don Pedro, Marqués de Ulloa, por consejo de Don Julián, se casa con su primera Nucha, pero al nacer su hija vuelve a tener relaciones con su criada, Sabel.