El 3 de abril, tres semanas después de los atentados, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad sitian el lugar, desalojando a los demás vecinos de la finca y estableciendo dos cordones de seguridad. El operativo se alarga durante seis horas, tras las cuales un artefacto explota en el interior de la vivienda y se lleva la vida de siete terroristas y, tristemente, la del GEO Francisco Javier Torronteras, hasta la fecha primer y único integrante del Grupo Especial caído en acto de servicio. El episodio del piso de Leganés, como viene siendo costumbre en este caso, abre otro sinfín de interrogantes. En el asalto al piso de Leganés, muere un Policía del GEO. El cuerpo fue exhumado y maltratado con un pico y una pala, para después prenderle fuego. ¿Tenían los profanadores intención de dificultar su identificación? ¿o era una especie de venganza «post mortem» como algunos medios defendieron? Estas no son sino más preguntas que se suman a la larga lista que nos acompaña desde marzo de 2004.