La amenaza del ataque de un wyvern se cierne de repente sobre su pacífica vida. Hiraku demuestra un nuevo poder de su herramienta agrícola omnipotente, que desconocía hasta entonces. Y de nuevo llegan nuevos visitantes: la prima de Lu, Flora, seguidoras de Flora y sirvientas de la tribu de los ogros. Además, Tia trae consigo a sus subordinados, ángeles y hombres lagarto, y el número de habitantes sigue aumentando. También se vislumbran nuevos retos, como el de elaborar sake y la investigación de Flora sobre los alimentos fermentados. Un día, tras reunir a los representantes de los habitantes, Hiraku hace una propuesta.