Cuando era joven, Gene Morton mató a un hombre que intentó robarle el mérito por su brillante investigación. Ahora que trabaja en una línea de montaje de la prisión arreglando las cubiertas de cintas rotas de otros internos, sus posibilidades de libertad condicional han sido saboteadas por su propia honestidad y sentimiento de culpa. Aunque es una vida solitaria, a altas horas de la noche, después de apagar las luces, Gene saca a relucir a sus pequeños amigos, un enjambre de máquinas microscópicas que hizo de la chatarra de la prisión y guarda en una caja de cerillas.