Como discípulo leal, Ye Chen se dedicó a vigilar el campo de medicina espiritual de su secta. Pero, durante una lucha con los enemigos, su mar espiritual fue destruido. Su lealtad y dedicación a la secta no pudo salvarle. La lealtad que creía haber obtenido de sus compañeros y amante, no pudo salvarle de la traición. Así, fue desterrado descaradamente de la secta. Con la ayuda de una llama que caía del cielo, Ye Chen comenzó a convertirse en un cultivador más fuerte. Luchó contra sus oponentes, desplegó su legendaria vida y reescribió su propia historia...