En febrero de 1937 se produce la toma de Málaga. Miles de malaguéños, mujeres, niños, ancianos, población civil en general, huyen de la ciudad por la carretera hacia Almería, allí son bombardeados por mar y aire y ametrallados desde la sierra. Almería también sufre bombardeos continuados por parte del ejército nacional, que realiza sobre la ciudad diversos ensayos con armamento alemán. En Andújar, un grupo de Guardias civiles se hacinan en el santuario de la Virgen de la Cabeza, donde son asedidos durante meses por milicias republicanas. El frente se mantiene entre la zona de Los Pedroches y Lopera.