Los ninjas reunidos empiezan a tener discusiones sin sentido entre ellos porque son de clanes distintos los cuales en el pasado pelearon y muchos de ellos están a punto de pelear. Al ver lo que pasa, Gaara pronuncia un discurso: les menciona que en las guerras anteriores, hechas para el beneficio de los países y de las aldeas, los shinobis se han odiado y lastimado, que de ese odio nació él como representación del odio y del poder, un Jinchūriki, pero que un ninja de Konoha lo salvó, y que entre todos no hay enemigos, solo shinobis, y que para proteger a su amigo necesita de su ayuda. Todas las miradas cambian y las discusiones acaban. Todos los shinobis se enfocan en derrotar a Akatsuki y ganar la guerra.