Moya está moribunda. Los problemas que sufre se agravan. Se descubre que los tripulantes de la otra nave están saboteando la Leviatán para que sea imprescindible huir en su navío. Los compañeros de Moya colaboran como pueden en la caótica situación y llegan a una solución, pero alguien debe sacrificarse para poder llevarla a cabo. A pesar de las reticencias de los demás, Zhaan se ofrece, pues su vida estaba llegando a su fin de todas formas.