Escondidos en lo más profundos de los bosques alemanes, ocultos dentro de enormes montañas yacen los restos de uno de los proyectos de ingeniería más fascinantes de la segunda guerra mundial. Enormes fábricas subterráneas creadas para construir el primer avión de combate a reacción el Messerschmitt Me 262, el avión más avanzado de su época y para construirlo los nazis crearon una revolucionaria guarida subterránea.