Después de las terribles pruebas a las que se había visto sometida, Europa volvía a vivir intensamente. Nace una nueva clase social, dinámica y sin prejuicios aristocráticos: la burguesía, que con la fuerza del dinero arrancaba el poder a los señores feudales. Y así, las ciudades se convertían en protagonistas: Florencia, se convirtió en "modelo" de todo una época, bajo el señorío de la Dinastía Médici.