Simón y Gaspar duermen en casa de los abuelos. Como la noche asusta a Gaspar, Simón le lleva a mirar por la ventana y ven una extraña bestia con ocho ojos rojos. Sus gritos hacen que la abuela venga corriendo. Convencido de que los monstruos no existen, Simón convence a la abuela y Gaspar para que vayan a mirar en el jardín. Ven luciérnagas, un ratón y luego un búho. De repente, una criatura con muchos ojos rojos los sobrevuela y luego vuela directamente hacia el granero. Simón, la abuela y Gaspar descubren que se trata de una familia de murciélagos.