La preocupación es tal que Victoria y Florent deciden guardar silencio sobre la naturaleza de su relación. Se organiza una batida y Victoire decide participar. ¿Marion sigue viva? Florent se enfrenta a la culpabilidad de los padres de Marion, Anne y Pierre, una pareja de notables de la región. Mathieu, mal de la cabeza, se mete la pata delante de Léa, que piensa que Marion se ha ido por su culpa. Victoria aprende una feliz noticia que podría cambiarlo todo y se confía a Madame Carlier.