Gaëlle corta los puentes con la policía y se instala en una comunidad hippie. Ella no da ninguna novedad a Mélissa y Aurélien. Sólo Thaïs guarda el secreto de su retiro. El asesinato de un joven se convierte en un problema cuando Mélissa y Aurélien encuentran fotos sospechosas de Gaëlle en el portátil de la víctima. Gaëlle está en peligro.