Con velocidades de viento dentro de su vórtice de hasta 500 kilómetros por hora y viajando a la velocidad de un tren de alta velocidad, los tornados son capaces de destruir todo a su paso. Pero, ¿cómo empiezan? ¿Cómo podemos predecirlos y minimizar su destrucción? ¿Es el calentamiento global responsable de su frecuencia creciente?