Henrietta recibe tratamiento por su herida, aunque el médico advierte que las cirugías repetidas debilitarían su cuerpo. José luego recuerda cómo necesitaba enseñarle modales y, durante su entrenamiento, intentó tratarla como una niña en lugar de simplemente como una máquina de matar. Después de que Henrietta termina de tomar el té con Triela y Claes, quienes la apoyan a pesar del fracaso de su misión, José le da un abrigo y le pide que lo acompañe en la parte superior del edificio principal. Una vez allí, le muestra a Henrietta las estrellas a través de un telescopio por primera vez, señalando que quería que mirara el cielo con algo más que la mira de un rifle.