Silvia sigue concentrada en sus ensayos con Silvanos, pero por llegar tarde a casa recibe una fuerte bronca de su padre. Este le prohíbe que siga con el grupo. Eduardo sigue preocupado por su trabajo y por ver que todos los miembros de su familia deciden ponerse a trabajar, Charo consigue hacer realidad un viejo sueño de juventud: ser escritora.