Eguía y la policía consiguen liberar a Paula de las garras de Petrov. La pesadilla ha terminado, Paula regresa a casa con Lidia muy afectada por todo lo ocurrido. En la comisaría Eguía es rehabilitado y vuelve a ocupar su puesto. Pero hay algo que todavía le tortura y que solo puede hablar con Lalo: ¿qué pasó con la verdadera Paula?