Pingu y Robby están en trineo cuando se encuentran con lo que parece ser la cola de un pez grande que sobresale del hielo, y anticipan una buena comida. Pingu intenta sacarlo del hielo, y se enoja cuando no se mueve. Eventualmente lo sacan, todavía encajonados en hielo, y se lo llevan a casa. Pingu aviva el fuego en la estufa para derretir el hielo de sus peces, mientras Robby obtiene la sartén. La sartén se coloca encima de la estufa para calentarse, y juntos Pingu y Robby ponen la mesa antes de un banquete. Poco después, todo el hielo se ha derretido, y luego se dan cuenta de que lo que han encontrado no es un pez y, lamentablemente, no es comestible. El abuelo luego viene de visita y decide llamar al curador del museo para que lo visite. Resulta ser la figura desaparecida de un barco que se exhibe en el museo, y el curador está muy contento de haberlo encontrado. Pingu, Robby y el abuelo acompañan al curador cuando lleva la cabeza de la figura de regreso al museo, donde espera una fiesta de recepción, y le toman una fotografía a Pingu y Robby.