Ana se recupera del terententén rodeada de sus amigos. Los padres de Adolfo aparecen por sorpresa para conocer a su nuera. Sorprendentemente Adolfo no ha salido del armario con su familia. Ana le convence de que es el momento de contarles la verdad, pero Adolfo se echa atrás y Ana se ve obligada a fingir durante unos días que son el matrimonio perfecto. La convivencia se alarga y Ana no puede más. Decidida a contar la verdad descubre que sus suegros también tienen algo que contar. Hace varios años que están separados y la madre tiene una nueva pareja: una mujer.