Ana se reúne con su editora asegurándole que la novela va de maravilla. Eso espera la editora porque la presentación es dentro de dos meses. Ana entra en pánico, no ha escrito nada. Y no cree que pueda hacerlo. Sus amigos le animan, puede hacerlo en ese tiempo pero ella se rinde y se dispone a llamar a su editora y, cuando está a punto de hacerlo, encuentra un nombre en su agenda que no reconoce, el de María Guerrero.