Harriet, Nels y Garvey trabajan en el salón, propiedad de Standish, como casi todo en Winoka, al igual que el hotel donde trabajan los Ingalls. Haber de soportar sus humillaciones y el esfuerzo que realizan para seguir viviendo en la ciudad, les desanima. Charles se encariña de Albert, un niño que vive en la calle y se gana la vida de limpiabotas, y lo invita al cumpleaños de Mary.